por Benavides, Santiago
La capacidad humana de hacer arte es parte de la ‘imagen de Dios’ que nos fue dada. El Dios creador nos transmite su semejanza en el darnos la posibilidad de crear. Eso es misterioso, bello y significativo, e implicaría que el ejercicio creativo, fuente y cauce del arte, no pueda ser negado sin que al mismo tiempo algo de la estampa de Dios en nosotros sea también negado.
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