por Mondragón, Carlos
Los seres humanos necesitan recurrir al consumo de recursos que provee la naturaleza para satisfacer sus necesidades básicas de alimentos, oxígeno, agua y otras materias primas sin las cuales su existencia material sería imposible. En Génesis 1:28-31 se menciona que las plantas y los árboles fueron dados para ser alimento de los seres humanos, así como los animales y las aves. Al desarrollarse las sociedades y las culturas humanas, otros bienes necesarios para la vida son fabricados a partir de materias primas extraídas de la naturaleza o derivadas de ella. Asimismo, se ofrecen y “consumen” también diversos servicios que proveen unos seres humanos a otros para satisfacer otro tipo de necesidades (por ejemplo, servicios educativos, atención médica y recreación). El consumo es, pues, inherente y necesario para la sobrevivencia y el desarrollo social. Sin éste, la vida humana sería imposible.
El denominado “consumismo”, implica un consumo superfluo y en demasía. Es un término peyorativo que expresa un patrón de conducta propio de la especie humana el cual agota irracionalmente los limitados recursos de la naturaleza; patrón que no se presenta en esas proporciones destructivas en otras especies de animales que cohabitan con nosotros en el planeta.
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