por Morillo Morgan, Grace

La identidad sexual aparece por primera vez en la Biblia en el momento de la creación del ser humano: “Dios creó al ser humano a su imagen … Hombre y mujer los creó” (Gn 1:27). La Escritura habla de la identidad sexual como la parte fundamental de la imagen de Dios en la raza humana que le da la capacidad de relacionarse, de multiplicarse, de ejercer dominio y servir como mayordomos en complementariedad (Gn 1:27-31). La diferenciación sexual no es exclusiva del ser humano, pues se encuentra presente en toda la creación, pero Dios manifiesta su intervención particular en la formación, el cuidado y la valoración de cada ser humano y de su sexualidad desde el momento de su concepción. Lo anterior se hace evidente en el Salmo 139:13, 16.

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