por López Rodríguez, Darío Andrés
La tradición protestante ha considerado a la esfera y función políticas como un aspecto necesario en la sociedad, con un rol esencial dentro del propósito de Dios para el mundo. Esto se fundamenta en el ‘mandato cultural’ o encargo de administración de la creación (Gn 1:28), que lleva implícito el desarrollo de la sociedad y la cultura. Lo político, vinculado a todas las esferas del desarrollo de la sociedad, se constituye en uno de los órdenes de la creación y le compete a todo ser humano. Así mismo, la sociedad no puede funcionar ordenadamente sin autoridad y gobierno, siendo necesarios saberes y vocaciones que han de servir en dicha función y que tienen que ver con una tarea coordinadora del desarrollo de las actividades sociales. En un mundo afectado por la caída, la presencia del pecado y el mal, se ve a la autoridad con un rol positivo de control de la maldad y la aseguranza del bien, según lo indica Romanos 13:3-4.
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