por Breneman, Mervin

Estamos dentro de una sociedad que se aparta cada vez más de las normas y los valores bíblicos. Razón por la cual nos resulta urgente recuperar la vivencia de una contra-cultura cristiana. Jesús no enseñó una contra-cultura reaccionaria, cerrada en sí misma, sino una contra-cultura misionera. Los cristianos vivimos en el mundo sin abandonar los valores que nos diferencian de él. Es decir, somos parte de la sociedad, pero interactuamos en ella con una contra-cultura que debe ir sanándola y bendiciéndola.

En el tiempo de los profetas Israel experimentó un derrumbe moral. Ellos amonestaron la nación a recuperar esa “contra-cultura” aprendida por medio de Moisés. Recordaban al pueblo las instrucciones que este hombre les dio para eliminar toda idolatría; orientándoles a la adoración del único Dios, a ponerle a Él primero en sus vidas y obedecerle.

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