por Padilla DeBorst, Ruth

En América Latina podríamos suponer que la esclavitud es un mal de épocas pasadas. Reconocemos que los imperios precolombinos esclavizaban a sus enemigos al vencerlos. También deploramos la opresión que sufrieron los indígenas en el siglo dieciséis d.C. a manos de los conquistadores europeos y el comercio de personas africanas hasta el siglo diecinueve d.C. Sin embargo, es posible que nos cueste creer que hoy existan en el mundo más personas esclavizadas que en cualquier otro momento de la historia. Millones de personas caen víctimas de diversas formas de esclavitud, como trabajo forzoso, tráfico de personas, explotación sexual, reclutamiento militar y servidumbre por deudas. De manera especial, las personas más vulnerables a este flagelo son las mujeres, las niñas y los niños, las migrantes, las indocumentadas, y los pueblos marginados.

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