por Fonseca, Josué

La renovación de la alabanza en muchas iglesias ha generado estilos de culto que traspasen las fronteras denominacionales. Son cada vez menos iglesias que ofrecen una liturgia ‘formal’. Pero, sea en forma tradicional o más libre, a cada iglesia la corresponde reflexionar sobre el propósito y el contenido del culto.

El término “liturgia” (del griego leitourgía, un servicio del pueblo) designa los rituales y acciones con los que se adora o rinde culto a la divinidad. En la enseñanza bíblica, el culto se realiza por iniciativa de Dios, quien no solo ordena a su pueblo adorarle a él exclusivamente, sino que también, al mostrar su amor y misericordia (Dt 5:7-9) el pueblo responde con gratitud y alabanza. Dios está presente en medio del acto litúrgico, que es parte del misterio que conlleva.

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