por Darke, Ian

Aunque la Biblia no prohíbe directamente los juegos de azar, históricamente la iglesia cristiana rechaza la práctica, por ser motivada por la avaricia, por demostrar una falta de fe en la provisión de Dios y por el riesgo de adicción. Según expertos las tradiciones judías y católicas han sido más tolerantes, considerando que los juegos pueden servir de diversión, además de proveer fondos para la comunidad.

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