por Shogren, Gary S.

La Carta a los Romanos habla a la iglesia en América Latina en dos niveles: como una colección de textos predilectos sobre el evangelio y como una carta misionera escrita en un momento específico del trabajo de Pablo entre las naciones. Ambos niveles son válidos. Hoy en día el discípulo llega a conocer Romanos ante todo por sus claras formulaciones sobre temas tan importantes como son las funestas consecuen- cias del pecado (3:23), el regalo gratuito de la vida eterna (6:23), y la transformación de la nueva persona en Cristo (12:1-2). La carta también menciona el plan de Pablo para el final de la década de los años 50 del primer siglo d.C.: hacer un viaje misionero a lugares al oeste de Jerusalén, lugares donde todavía no se había predicado el evangelio. Así, cuando se la llevó a Roma, esta carta fue un claro llamado a los creyentes de la capital imperial a que actuaran, en primera instancia, para recibir al apóstol y, más adelante, para que patrocinaran su viaje misionero a España. En América Latina también estamos equi- pándonos para llevar el evangelio a las naciones. Nos beneficiaremos de conocer no solo lo que Pablo enseñó acerca de la salvación, sino por qué se lo comunicó a aquellos cristianos residentes en Roma, y, por extensión, en qué consiste el llamado que Dios nos hace a nosotros a proclamar el evangelio.

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