por Acosta Benítez, Milton
Cuando Jesús fue tentado por el diablo, sus tres respuestas procedían del libro de Deuteronomio (Mt 4:1-11). Las tentaciones de Jesús representan las tentaciones fundamentales del pueblo de Dios y de todos los seres humanos: sustento, reconocimiento y autonomía. La respuesta de Jesús significa que en Deuteronomio el pueblo de Dios recibe garantía para su sostenimiento, seguridad en su identidad y libertad de toda opresión. Luego el apóstol Pablo afirma dos aspectos importantes con respecto a la ley desde una perspectiva cristiana: es ejemplo de lo que no se debe hacer (1Co 10:1-22) y es positiva si se aplica bien (1Ti 1:8).
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