por Every-Clayton, Joyce E. Winifred

“¡Ay, cuán desolada se encuentra la que fue ciudad populosa!” Así comienza el libro de Lamentaciones. Es un grito de angustia que pone en evidencia el profundo sufrimiento del autor por la destrucción de Jerusalén y la tragedia del exilio, que él interpreta como el justo castigo de Dios debido al abandono de su ley por parte de su pueblo. Sin embargo, a lo largo de todo el libro el autor también expresa su esperanza en el Dios de compasión que permanece fiel a sus promesas. Su mensaje cobra mucho sentido, espe- cialmente en tiempos de sufrimiento cuando parecería que Dios se olvida de nosotros y nos sentimos inclinados a lamentar su ausencia.

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