por Gallardo, Ángel Jazak

Santiago es una carta de imperativos. No es una carta tibia. A veces el tono es duro a nuestros oídos modernos, pero quizá hoy su lectura es más necesaria que nunca. Nos habla de juicio, pero es también un recordatorio de la vida del discipulado fiel a Jesús, lo que significa sufrir por nuestro Señor y los resultados de un testimonio ético de la iglesia. También es una carta muy judía y su significación e importancia puede perderse si no somos capaces de entender estas raíces.

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